Vos sabés
Somos los mejores del mundo. Somos los más vivos de todos. Somos los más copados. Somos los más apasionados. Somos de primera. Somos unos winners donde vayamos.
Nos encanta hablar a gritos donde sea, en la casa, en la calle, en el trabajo. Nos agarrarnos a trompadas con quién nos rompa las pelotas. Tenemos a las mejores minas y no nos cansamos de repetirlo. Tenemos la mejor carne, el mejor asado, el mejor vino y chupamos por ello.
Inventamos la birome, ganamos premios Novel, mundiales en el 78 y 86 y nos aseguramos que todos lo sepan.
Buscamos mil pretextos, mil excusas para ir a alentar al equipo. Dejamos el laburo, la casa, a la mujer y vos te preguntarás por qué?: Y es por que somos diferentes a los demás, tipos que podemos cambiar de todo: de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios, pero hay una cosa que no podemos cambiar, no podemos cambiar de pasión. Nos vamos de joda y qué quilombo el que tenemos che. El argentino es una masa y camina por donde quiera.
No somos solo argentinos. Somos también mitad italianos, franceses, ingleses, alemanes y todas ascendencias que nos dan nivel. Hay que aclararlo, no vaya a ser que nos crean “sudacas”.
El destino ha decidido que viniéramos al mundo con un balón bajo el brazo, con una guitarra bajo las dos manos o con mil boludeces pero que nos lleven al éxito, yo lo llamo talento señores, talento innato, cero humildad.
Locos como nosotros nadie. Hinchas hasta morir. Una selección albiceleste llena de huevos. Tenemos la mejor plaza del rock. Viene ACDC, no hacemos un concierto, hacemos dos o hasta tres, dime en donde más pasa esto papá.
Maradona, Messi, Mechita Sosa, Cerati, Borges, el “Che” y Gardel son nuestros. Y los conocemos, tenemos una foto con ellos, fueron a nuestro colegio o jugaron en nuestro club.
Donde vamos imponemos nuestras formas. El argentino no se adapta a la cultura nueva del país que lo recibe, sino que fuerza su cultura a ese país. Extrañamos todo lo bueno de Argentina cuando estamos afuera. Criticamos la cultura que nos recibe. Somos unos hijos de puta.
Nos congregamos solo entre argentinos y armamos una micro Argentina donde sea que estemos, para hablar con nostalgia del mate, el dulce de leche y la “cola-less”.
El mundo quiere ser argentino. Dios es argentino. El papa es argentino. El cielo es argentino. Sino mira, levanta la mirada y dime de que color es el cielo cada mañana.