Corresponsales de Guerra
Vivir para contarlo. La misión de informar.
Dicen que en tiempos de guerra la primera víctima es la verdad. Que el periodismo se ha vuelto más una misión que una profesión. En cierto modo los riesgos que afronta un corresponsal de guerra en diversas ocasiones puede generar que este termine siendo protagonista de la propia noticia. Pese a no ser combatientes y estar protegidos por los convenios internacionales, se han visto sometidos a riesgos para cumplir con la misión de informar.
Hace cuatro días, cuatro periodistas franceses fueron liberados tras diez meses de cautiverio a manos de un grupo yihadista vinculado al Al Qaida en el país más peligroso para la prensa y la ONG (Siria).
Meses completos en sótanos sin ver la luz del día, encadenados unos a los otros fueron suficiente para que Edouard Elias, Nicolas Hénin, Pierre Torres y Didier Francois digan que en un país en guerra, nunca nada es fácil, ni la comida, ni el agua, ni la electricidad. La vida se puede esfumar en un abrir y cerrar de ojos.
“Todo ocurría muy rápido, los combates estaban cerca, por lo que llegó la situación de trasladarnos rápidamente en condiciones estrafalarias”, añadió Didier Francois.
Desde el inicio de las guerras, decenas de periodistas de todo el mundo han sido acreditados, muchos de ellos embedded (incrustados) en tropas aliadas impulsados a tomar las imágenes más impactantes y a ser testigos de los combates.
Es ahí donde el periodista vive en un grado de profundidad. Se encuentran con los mayores hijos de puta y también con personas que te dan todo cuando no tienes nada. Es ahí donde se puede sacar cierta belleza de esta tragedia.
Un caso similar es el del fotoperiodista español y ganador del premio Pulitzer “Manu Brabo”, quién junto a tres compañeros fueron detenidos el 5 de abril del 2011 por autoridades libias por entrada ilegal al país y puestos en libertad el 18 de Mayo del mismo año.
El español (Freelancer) quién ha estado en lugares de conflicto como Haití, Bolivia, Kosovo y Siria, ha demostrado mediante su trabajo fotográfico, la fría realidad de un mundo en desequilibrio. Imágenes limpias que no aturdan al quienes la ven, generar conciencia a partir de ello.
Manu no solo tuvo un compromiso con la verdad. Lo ético muchas veces pasó a un segundo plano en cuando se tratase del instinto humanitario. El periodista ante todo tiene que ser una buena persona, tiene que saber hasta qué punto es necesario cumplir su labor y tomar partido de la situación si es que con eso se puede salvar una vida.
"Al final todos terminan siendo participes de ello, terminan matando para vivir o por poder, y con lo único que te comprometes en ese momento es con los niños que no tienen la culpa de esto".
"Tuve miedo de no volver entero, miedo que le pase algo algún compañero pero sobre todo miedo al ser humano".
Es menester resaltar el trabajo que hizo el fotoperiodista en la guerra civil de Siria, el cual lo llevó a ganar un premio Pulitzer el año pasado a mejor cobertura gráfica informativa. Brabo ha tomado instantáneas de una guerra "traicionera" en la que ha podido vivir en primera persona el "castigo" a la población civil. Este galardón se lo dedica a su familia y al reportero estadounidense James Foley, secuestrado en Siria.
Otro quién vivió en carne propia el trago amargo de la vida en tiempos de guerra y conflicto fue el fotoperiodista sudafricano Kevin Carter quién comenzó su carrera en 1984, cuando las poblaciones negras en las periferias de las grandes ciudades como Soweto, que estaba al lado de Johanesburgo, se convirtieron en campos de batalla. Soweto ardía, y allá, casi permanentemente instalado, estaba Carter, fotógrafo novato de The Johannesburg Star.
Pero el destino lo puso en el lugar y momento menos indicado para su vida y su carrera. Fue una de las fotografías en un viaje a Sudanés Kong Nyong, donde se muestra un niño famélico desnutrido siendo acechado por un buitre, Carter con el deseo de llegar al realismo más crudo del conflicto, toma la escena y ahí es donde nace la interrogante hoy en día ¿Hasta qué punto debe ser una fotografía informativa? ¿Cuál es el límite entre lo informativa de la fotografía y el puro morbo de la imagen?.
Las críticas no se hicieron esperar de parte de colegas y de la opinión pública. Y aunque la imagen hizo que Carter ganara un premio Pulitzer (1994), estás críticas por lo que se dice hicieron que lo llevase a ponerle fin a su vida y así abriendo un nuevo debate entre lo ético e instinto humanitario.
Hoy en día cientos de corresponsales de guerra siguen en cautiverio. La muerte les ha tocado algunos, pero la gran labor que hacen queda inmortalizada en la memoria de una sociedad que merece estar informada. Sin duda el periodista es apasionado a su trabajo y merece el reconocimiento de la sociedad. Para cumplir este trabajo es necesario blindarse, armarse de una coraza emocional. No se puede responder a lo que uno ve como un ser humano normal. La cámara funciona como una barrera que lo protege a uno del miedo y del horror, e incluso de la compasión.