Hace una semana me llegó un video que para estas alturas no me causa extrañeza. Mi repudio rechaza todo respaldo hacia ciertas personas que se han rajado la investidura para ejercer un poder que dejan en tela de juicio su principal labor y sobretodo la definición de autoridad en nuestro país.

Hablo de la Policía Nacional, una institución debilitada a lo largo de los años por diversos factores (corrupción, deficiencia, pérdida de valores) vomito que solo ha dado a relucir la inestabilidad del efectivo en las calles, que ha optado y adoptado en muchas ocasiones utilizar a la engreída arma frente a las normas: “el abuso de autoridad”. Precisamente fue lo que sucedió hace dos semanas en el encuentro entre Universitario frente a UTC en el estadio Monumental. Un video donde se muestra un inescrupuloso policía exigiendo a un ciudadano e hincha de Universitario su documento de identidad, la cual ya había sido mostrado en primera instancia por la persona. Según testigos, el efectivo policial había empujado a esta persona sin razón alguna a manera de atropello, razón por el cual el hincha en su derecho protestó hacia tal estupidez. Pero más estúpido e indignante es ver como la incapacidad lleva a perder los papeles al efectivo en el momento en que le arrancha el DNI al hincha ya cuando iba a mostrarlo por segunda vez a otro efectivo que se había acercado al lugar.

Me pregunto si fue necesario arrebatarle el DNI de esa manera, si fue necesario llamar a más efectivos para una sola persona la cual estaba ejerciendo su derecho. Qué clase de efectivos policiales se están forjando hoy en día que en vez de cuidar, proteger y mantener el orden público, es una autoridad pobre de estrategias que ve la intimidación, la fuerza, el abuso de poder como la mejor alternativa para la realización de sus tareas.

Es claro que en todo encuentro de fútbol las barras bravas sean la mayor preocupación. La masificación de las barras, el nivel de rivalidad y la pobre educación en nuestro país, ha dado como efecto que todo lo mencionado pase a otro parámetro que a ciertas verdades, la sociedad condena como delincuencia. Pero más preocupante es el hecho de que la policía vulnere los derechos del hincha o barrista sin haber cometido algún acto que atente contra a tranquilidad pública.

De que sirven tantas leyes y planes de seguridad frente a los eventos deportivos, si son las mismas “autoridades” quienes a veces incitan de manera estúpida el caos, frente a ello la respuesta del hincha será inminente.

El hincha está cansado. Hoy protesta y se levanta frente al abuso. La discriminación y prejuicio por parte de la policía tiene que terminar al igual que de las mismas sociedades y viceversa con las barras que deben lograr eliminar el apelativo “Bravas” por qué no es lo que debería resaltar en ellos, sino el aliento y el apoyo de la hinchada a su equipo.

A todo este malestar se generan tantas interrogantes que solo nos llevan a pensar que la policía nacional está dejando de ser honorable sino reprochable y a estas alturas rechazable.

Por cierto hoy se juega una nueva edición del clásico del futbol peruano y que seguridad nos brindará la Policía Nacional, volverá el garrote y los insultos a ser la golosina que se tenga que repartir entre hinchas y malos hinchas?. Es muy probable que a la ineficiencia, los justos paguen por pecadores.

Por último si al hincha se le pide tomar conciencia sobre la violencia, también es justo que a las autoridades se les imponga también una toma de conciencia frente a ello. Si la policía tiene el poder y el derecho de denunciar, hay que saber que nosotros como ciudadanos también la tenemos ante un acto abusivo por parte de ellos. Hoy en día existe el formulario IG-01 en el cual podemos denunciar alguna conducta indebida de un efectivo de la Policía Nacional. Que no se le acostumbre al policía a ser una persona ineficiente que solo puede ejercer autoridad con el garrote o los insultos que solo llevan a la imagen de la institución al desprestigio. Que no pase a ser los uniformados de autoridad, los nuevos rivales del hincha.