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fuente: el comercio

La liga de la injusticia

Un capítulo más de la inaceptable actuación de la policía en nuestro país

"Si la justicia existe, tiene que ser para todos; nadie puede quedar excluido, de lo contrario ya no sería justicia"

Paul Auster

Publicado: 2014-11-03


Los hechos ocurridos el pasado Jueves en Cajamarca, en donde un poblador (Fidel Flores Vásquez) es asesinado de un proyectil por un agente de la policía Nacional al intentar ser desalojado de su inmueble, nos hace reforzar la idea que en nuestro país, la seguridad carece de significado.

La Policía Nacional se ha perdido desde años en el camino de la ejecución de sus labores, está cegado, al igual que la justicia que a duras penas arrastra la pesada cadena de la ineficiencia y corrupción. Nuestras autoridades han caído en la precariedad, en lo improvisado y en la contradicción de mantener el orden público o hacer efecto de su poder a base de la violencia desmedida, más cuando a ello le suma la Ley 30151 que convierte en inimputable a policías y militares que al hacer uso de la fuerza letal (armas) produzcan lesiones o muerte, en caso de peligro inminente que pongan en riesgo la vida, la integridad corporal o libertad persona o de terceros.

Ahora desde el punto de vista analítico, esta ley es un peligro, desde el exceso de las fuerzas de seguridad hasta de una posible violación de los derechos humanos. Claro que para otros esta ley es algo positivo que contrarresta los actos delictivos, amparando a las fuerzas del orden, sin limitaciones en el momento de alguna intervención. Pero hoy sabiendo cómo perdió la vida el pobre mecánico Cajamarquino, sumándole a ello las agresiones que sufrieron los familiares a la hora de la intervención, podemos estar lejos de decir que fue un ejercicio justo del poder policial, patear a la esposa, al hijo y hasta al mismo indefenso mecánico que agonizaba tras el disparo. 

Todo ello queda en tela de juicio en una ley de carta blanca y precipitada que no debió salir este año, y si digo que no debió salir es por razones de capacitación de personal, entrenamiento, mayor conocimiento del reglamento sobre el momento en que se deben emplear las armas y sobre todo rigurosos exámenes psicológicos a nuestras Fuerzas Armadas.

La justicia en nuestro país es un precio que los pobres no pueden costear y que los poderes hacen de ella la solución de sus barbaridades. Ayer por la tarde Canal N informó que el titular del Cuarto Juzgado de Investigación Preparatoria de Cajamarca, Eduardo Uceda Flores, decidió dejar en libertad al suboficial Norvin Gonzales Silva, acusado de disparar y matar al mecánico de 62 años. Decisión que a simple vista carece de profesionalismo y sentido común, el Fiscal Jaime Vásquez que teniendo en conocimiento que la noticia ha rebotado en todo los medios y que existe un video de tal sanguinario desalojo, solo llegó a presentar a la audiencia una transcripción de lo ocurrido, de manera que el poder judicial resolvió que no hay prueba suficiente para responsabilizar a Norvin Gonzales de tal acto.

Por otro lado, el día de ayer en Punto final Daniel Urresti reconoció haber existido un exceso en la labor de la policía aquel día, que es posible que hoy viaje a Cajamarca para seguir de cerca el caso y sobre todo hablar con la familia, si ellos así lo decidan. Ya para estas alturas de la entrevista Daniel Urresti mortificado había pedido más de diez veces perdón, asegurando que van a indemnizar a la familia.

Todo Cajamarca hoy protesta, sale a las calles, no quiere callar, no de la manera como lo hicieron con Fidel Flores quién horas antes de su muerte suplicó otra vía para solucionar el tema del pago de la motosierra. En un país donde perder la vida a frías opiniones, puede llegar a ser el pago de familias que hoy viven el calvario de pagos de hipotecarios. La voz del pueblo aprieta, más cuando se requiere justicia. Por la mañana ya se ha informado que la jueza que ordenó el desalojo fue retirada de su cargo, también, que el fiscal Jaime Vásquez apelará al pedido de prisión preventiva contra el suboficial de la PNP Norvin Gonzales Silva. Esperemos que así también se confirme las bajas de los policías que actuaron de manera abusiva y cobarde, Urresti lo dijo: “existen malos policías y estos perjudican a los buenos”, después de haber avanzado mucho, esto nos retrocede”.

Fidel Flores ya no está más. Murió defendiendo lo que tanto esfuerzo le costó construir, el lugar que tal vez por las noches agradecía a Dios junto a su familia, soñando un futuro y mundo mejor para todos quienes viven el día a día. Hoy no está más para defender, no está más para buscar justicia. Nuestra justicia lo ha abandonado, ha amparado a los culpables, ha reforzado el título de ineficientes y malos policías a una institución va desapareciendo en la memoria del pueblo. Atrás quedó el amigo policía, la esperanza de una Lima segura que se va cayendo como una torre de arena por la ola de atrocidades policiales. Una bala dejó una herida abierta, un muerto, una familia desamparada, un pueblo indignado y un país que apunta a quemarropa a las autoridades exigiendo justicia.


Escrito por

Jean K

Estudiante de Ciencias de la comunicación. Me veo más allá por que donde estoy, todo es una mierda. Twitter: @JeanKalin


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